Por @teseis

Todo este tema entre Mercédes Aráoz y Jorge del Castillo está volviéndose demasiado mediático. Una guerra pública que busca el morbo de los peruanos en ver cómo es que dentro de un partido tan consolidado como el del APRA se ve afectado por este tipo de “enfrentamientos”. En todos lados se cuecen habas, dicen. Habría que ver, primero, si las habas se cuecen o las están cociendo.

Viéndolo por un lado publicitario y/o estratégico creo que han iniciado una buena campaña. Las cosas se plantean así: Meche dice que ya, acepta postular a la presidencia en el partido siempre y cuando en su lista parlamentaria no haya nadie con problemas judiciales. Entonces entra al plano Jorge del Castillo, quien tiene un proceso abierto, queriendo encabezar la lista parlamentaria. Luego, viene Meche impidiéndole que ingrese ya que, como ella lo especificó desde un comienzo, no quería que alguien con su pasado manche su lista limpia, pulcra y que pretende ser intachable. Todo esto al más puro estilo de Susana Villarán (lástima que aún no genere tal confianza). Y es así cómo Meche, dándose las de buenagente, pretende salir con una imagen de correcta y neutral hacia las elecciones que se vienen. Personalmente, como comunicadora, creo que es una buena estrategia publicitaria.

Viéndolo por un lado práctico y explicándolo de la manera digerible, para quienes no saben nada del asunto, la cosa es así:

Mercedes Aráoz puso como una especie de condición que si entrara a postular para la presidencia con el APRA no quería que existan en su lista gente con problemas judiciales. Aún así Jorge del Castillo se mandó con una postulada y ahora se queja de que no lo quieren dentro. Yo no encuentro nada de dónde podría este señor quejarse. ¿Acaso la condición de Aráoz es complicada de entender? Jorge del Castillo nunca debió postular, en primer lugar o por último no debería de sorprenderse por la reacción ni mucho menos quejarse.

Veamos hasta cuándo les dura la historia.