Por: @oscar_baldeon

La campaña presidencial esta a un mes de los comicios de la primera vuelta. Mientras tanto, surge cierta atención e interés sobre la candidatura de un actor particular. Aquel señor de apellido extranjero, que parece extranjero, habla como extranjero, pero en términos legales NO ES EXTRANJERO SINO PERUANO. Sí, ese. PPK, para ahorrarnos lo complejo de su nombre.

De antemano quiero decir que Pedro Pablo me parece una persona honorable en más de un sentido y que, haciendo de lado su nacionalidad, ha preferido laborar en este país, que para bien o para mal saca muchas canas verdes. Que quiera tomarse esos tragos amargos a su edad es de aplaudirse.

Pero vamos a lo que nos interesa de verdad: sus propuestas (Parte 1) y su desempeño como candidato (Parte 2)

UN PLAN TECNOCRÁTICO

Es el plan más corto por contar con una extensión de 38 páginas en las que el candidato nos involucra en un contexto determinado para después pasar con agilidad y sin rodeos a las medidas que se efectuarían.

Empecemos por la agenda económica por el hecho de ser la especialidad de este candidato. En primer lugar menciona un discurso muy similar al de Hernando de Soto, economista igual de destacado, al recorrer diversas naciones promoviendo la formalización de todo lo que se pueda formalizar. El motivo es uno muy claro: a más ciudadanos formalizados, mayor recaudación y beneficios con los que no cuentan ahora. Idea muy clara si se tiene presente el 65% de trabajadores informales. Pero el proceso de formalización viene desde hace mucho, incluso con Fujimori Fujimori. Es decir, es un plan de mediano/largo plazo, y PPK planea incluir en un posible lustro de gobierno a una considerable mayoría de la población ocupada del país (65%). Tengo mis reservas en ese punto.  El segundo aspecto es la reducción progresiva del IGV. Pasar de 18% a 15% para el 2016. Dicha medida se debe tomar con pinzas porque el éxito dependerá de las medidas alternas tales como la formalización laboral ya mencionada, el aumento de otros impuestos o, por qué no, la reducción del IGV a ciertos productos del mercado –los productos de primera necesidad- y no volverlo absoluto. La siguiente propuesta es la que llamó mucho mi atención, porque señaló al “Principio de subsidiariedad, como complemento de una Economía Social de Mercado al servicio de la libertad del ser humano”. Gran lástima que no lo haya desarrollado a profundidad, ya que personalmente me hubiera encantado que un liberal como él me brinde su perspectiva de dicho principio. Finalmente, respecto a los aumentos progresivos del sueldo mínimo vital, de maestros, policías, fuerzas armadas, y médicos y enfermeras, no cuentan con plazos ni montos. ¿Por qué justo ahí no señaló a cuánto aumentaría el aporte presupuestal? A mi humilde opinión, porque esas reformas son meramente políticas y pueden no convencer a los involucrados –votantes, al fin y al cabo- como uno cree en una primera impresión. Así de simple. Entonces, esta última “medida” no es otra cosa que la conocida “política de promesas”. Pero no dejan de ser innovadoras sus ideas.

Sobre el medio ambiente y seguridad @ppkamigo nos propone la creación de la Policía Ambiental, cuya función sería velar por la seguridad de las zonas naturales en potencial vulnerabilidad. Es una buena idea, pero crear una nueva dependencia policial resulta ser un doble riesgo. Primero porque la PNP como ente del Estado ya tiene muchos problemas estructurales, económicos y administrativos que deben ser atendidos lo antes posible si se anhela una nueva función. En segundo lugar porque si se aplica, dichos miembros del orden tendrán cuádruple riesgo en cumplimiento de su labor: mineros informales, narcos, terroristas, traficantes de tierras y personas. Cuatro mafias camufladas en las zonas de la sierra y selva, que no tendrían el mayor reparo en unirse y emboscar a nuestros hombres. Junto con lo anterior, pretende promover la colaboración de las demás fuerzas del orden con la Policía Nacional para combatir el narcoterrorismo, mediante logística. Díganme obstinado, pero la verdad es que lejos de ser una propuesta o medida, es un continuismo. Las fuerzas del orden hace tiempo se apoyan contra esta escoria social y los resultados no son los más esperanzadores. Pareciera que ya debemos rendirnos a la situación de que la policía sola no puede ni podrá hacerse cargo de esta problemática. ¿Realidad o triste realidad?

En cuanto al trabajo, plantea dos ideas simpáticas que merecen comentarse. Ambas estan relacionadas a su decidida “ola de la formalización”. Por un lado, ofrece una manera en que el Estado motivará a las empresas a poner en planilla a sus trabajadores: dando beneficios tributarios a las empresas. Aquí hace falta solo un poco de precisión. Hay mucha diferencia entre “las empresas” y “cierta clase de empresas”. Suena tentador para algunas, pero no para todas porque hay empresas que sí tienen un futuro estable o, en mejores casos, prometedores para los próximos cinco años. Y esto esta relacionado a ciclos económicos y al sector al que pertenezca la empresa en cuestión. Quiero decir que el Estado también debe actuar como asesor y no solo como generador de beneficios, para evitar decisiones erróneas más que nada. Por otro lado, considera que los “services” no deben eliminarse –como sí pensaba Alan García en el 2006 en plena campaña-, pero sí transformarse. Quiere que los empleados por “services” perciban, además de su sueldo, servicios sociales a cuenta del empleador respectivo. Esta idea me parece un acierto, porque demuestra la tolerancia y sensatez a una realidad que vivió de cerca el candidato cuando fue Premier y Ministro de Economía.

Para terminar esta primera parte, encargada de cubrir ciertos aspectos que me parecen resaltantes de su plan de gobierno, debo aceptar que Kuczynski no duda, cuando es necesario, en hacernos saber cómo conseguirá la financiación de todo aquello que desea realizar. De la misma manera, apuesta por una mejor ejecución de la descentralización para que exista una “presencia del Ministerio de Economía y Finanzas para que apoye a las regiones y municipalidades en la preparación y supervisión de proyectos”. Sin embargo, no nos presenta un plan rico en planes de la reforma del Estado, desde todas sus competencias. Quiere reformar al Estado desde su área burocrática para ser más efectivos a la sociedad, pero Pedro Pablo olvida que el Estado no es una empresa, sino un núcleo de poder lleno de buenas intenciones; corrupción; intereses políticos, económicos y personales; y más poder.

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