Por: @oscar_baldeon (Twitter)

“Es muy bello esto de dejar una herencia, de entregar y ver cómo  esos jóvenes se convierten en grandes”.

Susana Baca

Los ministerios ya han sido designados a sus respectivos gestores que iniciarán funciones dentro de dos días. Sin embargo, las declaraciones dadas el día de ayer por el Presidente electo sobre las dos próximas ministras de educación y cultura, Patricia Salas y Susana Baca, han generado una serie de críticas particulares hacia esta última.

Las críticas se centran más a su incapacidad de gestión. Algunos consideran que ella no cumple los requisitos necesarios para poder desempeñarse efectivamente en dicha cartera, recientemente creada, por cierto. Pero creo que esos cuestionamientos parten desde una perspectiva vaga o malintencionada de quienes creen que Susana Baca de la Colina solo es una cantante o compositora.

La ganadora del “Latin Grammy” no solo ha sido nombrada embajadora de buena voluntad de la UNESCO, también creó el Instituto Negro Continuo en 1992, y además colaboró con instituciones culturales de América y Europa. Ella siempre tuvo esa pasión por preservar, conocer, y difundir el aporte de los afroperuanos en la cultura peruana. Y ahora la misión es hacer lo mismo pero con el mayor bagaje pluricultural de las distintas naciones que conforman al Perú.

La tarea no es fácil, el presupuesto es bajo, y las funciones del Ministerio de Cultura aún no están claras para todos. A opinión personal, considero que la cultura es un concepto muy amplio que la gente no logra comprender del todo. Hay diferentes formas de interpretarla dependiendo de lo que cada uno vive, aprende o hace. Pero justamente por esto es que creo que el ejercicio de dicho Ministerio debe centrarse en contribuir para un mayor nivel sociocultural de las comunidades, rescatando, conservando y difundiendo sus valores en el país y en el exterior. Se tiene que apoyar e incluir las actividades culturales dentro y fuera de los espacios tradicionales, para consolidar las regiones y generar acciones de estímulo. Existe la necesidad de poner énfasis en la incorporación de los ciudadanos en las tareas de extensión cultural a lo largo del país. Se puede aspirar a ser partícipes de propuestas y proyectos de investigación en el área cultural.

Esta serie de gestiones forman parte de un modo activo que no dudo se queden en papeles, como podría parecer que el MINCUL ha sido dirigido durante su primer año.

Algunos también creen que podían haber encontrado a “alguien mejor capacitado”, como por ejemplo la directora del INC, Cecilia Bákula. Ahí surge otro error, a mi juicio, porque la señora Bákula ha sido criticada más de una vez justamente por su poco criterio para conducir su institución. Se le acusa de haber separado de sus funciones a muchos funcionarios para contratar a personas cercanas a ella, de haber censurado presentaciones artísticas por sus contenidos, y por dejar en abandono ciertos museos que dependen del INC. Sí, quizás los que han sido directores del INC sean más preparados que Susana Baca (educadora), como Laura Bozzo (designada en el primer gobierno de García).

Así es, pues. Nuestra investigadora de música afroperuana renombrada en muchos países por su trayectoria, pupila de la gran Chabuca Granda, y vista con buenos ojos por el saliente Ossio, sufre ahora las consecuencias de asumir dicha cartera por aquellos que a las justas la conocen y, como a muchas culturas de este amplio país, la consideran menos sin los elementos necesarios para emitir un juicio de valor.

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